El Tiempo está de mi parte
Tiempo disfrutado nunca es tiempo perdido. Por eso, aunque en los últimos días no puede decirse que haya hecho nada en concreto, tampoco es verdad que hayan sido días improductivos. Me lo he pasado bien de las maneras más sencillas del mundo. Leyendo ese estupendo Palacio de la Luna, de Auster; o jugando al videojuego del Castigador, todo un ejemplo de pura violencia sin complejos al estilo Max Payne, o, como ayer, yendo a la playa con los amigotes. Ayer hacía un día de playa maravilloso y genial. Yo estaba un poco escéptico, porque al principio parecía que había nubes y algo de fresquito, pero no. Es decir, sí había nubes y sí se estaba fresquito, pero en la justa medida para disfrutarlo todo. Había sol para tostarse, pero no hacía un calor infernal, y el agua estaba todo lo fría que puede estar sin llegar a estar mortalmente fría. Además, casi no había gente. La playa estaba vacía como supongo que sólo pueden estar vacías las playas gallegas a finales de julio. Cada vez que veo en la...