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Mostrando entradas de 2006

Volver

Pues sí, es uno de mis propósitos de año nuevo: volver a darle un poco de vida a esto. El martes se cumplirían dos meses sin actualizar, de no estar escribiendo esto ahora. Está muy lejos de la saludable media de 5 posts al mes que venía manteniendo durante los 18 meses anteriores. Los motivos del parón son muchos y variados, y la mayoría siguen por ahí, para qué lo vamos a negar. Ahora son las tres y pico de la mañana y no estoy como para ponerme a contar cosas, asi que este mensaje servirá sólo para confirmar que sigo vivo, estoy bien, y pienso volver. Ya que Wally Week va a dejarnos sin Pyjamarama!, sería demasiado cruel que yo cerrara el chiringuito también. Aquí seguiré, haciendo el tonto como el primer día, aunque quizá no tan frecuentemente. Nos leeremos en 2007. Feliz año a todos!

Interludio

Llevo unos días de vacaciones, y es genial. La vida debería ser siempre así. Un eterno “haz lo quieras”, la libertad de ser lo que uno sea. No estoy haciendo nada en concreto, sólo disfruto de cada pequeña cosa. He leído varios libros, que han pasado a engrosar la lista de candidatos. La Paja en el Ojo de Dios ha sido una lectura estupenda, c-f clásica en su mejor tradición. No carece de defectos, sin embargo. Le falla el ritmo hacia el final, y hay cosas que me chocan. Quizá simplemente ha envejecido mal. En algunos momentos, los personajes aparentan excesivamente ser los clichés que son. El trasfondo del universo se me hace poco trabajado, aunque lo cierto es que no lo es menos que otros muchos que he visto. Quizá es sólo eso, que se parece demasiado al Imperio de Asimov o incluso al de Dune. Un gobierno feudal imperialista-absolutista en el futuro lejano es interesante, pero decididamente poco realista y poco original. El concepto arbitrario de gobierno cuasidivino, de nobleza “por

Fácil y Duro

En inglés son antónimos, pero en castellano pueden ir de la mano. Todo es tan fácil que uno prefiere no verlo, porque es duro vivir pensado en lo que podría haber sido y no fue. Es más fácil ver imposibles que luchar duramente por conseguir algo. Pero eso no es un camino fácil, es sólo un camino cobarde. A menudo es duro elegir el camino fácil, que es casi siempre el mejor. Porque hacer lo correcto suele ser muy fácil, pero terriblemente duro. Porque a veces hay que levantarse y plantar cara, cuando uno preferiría quedarse donde está. A veces hay que ser rígido y responder que no, cuando uno preferiría cerrar los ojos y responder que sí. A veces hay que apretar los dientes y perdonar. Y a veces hay que cargar con las culpas y pedir perdón. Es fácil. Es duro.

¿Por qué no?

El tema de la mudanza va lento. Sería más correcto llamarlo semimudanza, porque tampoco es que tenga exactamente la intención de construir mi vida en otro lugar. Todo esto tiene un aire muy provisional para mí. Pero me apetece. Se avecinan cambios. Y esos cambios alcanzarán también a este blog. Como allí no tengo previsto disponer de conexión a Internet, el ritmo de las cosas cambiará un poco. De momento ya ha cambiado a peor, como podéis ver. Pero me conozco un poco y creo que eso va a mejorar mucho en el futuro. Subiré las novedades cuando pueda, pero no dejaré de producirlas al ritmo que tenía antes de las vacaciones. No es ninguna clase de deseo o propósito, del cual sería muy legítimo desconfiar, es sólo lo que ha venido ocurriendo desde siempre. Y, a lo mejor, quizá me decido a cambiar un poco esto, a hacer alguna cosilla diferente de vez en cuando… pero no quiero adelantar nada aún. Además, a principios de noviembre me tomaré unos pocos días de merecido descanso, y aunque aún no

Deformación Profesional

La memoria de la gente es corta, pero su rencor puede durar mucho tiempo. Así funciona el corazón humano. No es de extrañar entonces que rencillas absurdas perduren en el tiempo a través de las generaciones, sobreviviendo a aquellos que las originaron para atar y dirigir las vidas de sus descendientes por un camino de odio y rencor cuyas causas acaban siendo olvidadas. Pero el rencor permanece, amigos. Es lo maravilloso de los sentimientos. El amor nunca muere, el amor es eterno, sí, vale, puede ser, pero no es el único. ¿Por qué iba a serlo? De hecho, el amor, la confianza, la alegría, todas esas cosas tan bonitas, pueden venirse abajo y romperse con relativa facilidad. Pero el rencor, el odio, el miedo o la inseguridad son mucho más persistentes e intensos. Y por tanto, más abundantes. Estos sentimientos “negativos” son como malas hierbas, plantas que pueden crecer y desarrollarse en cualquier medio, sin ninguna necesidad específica de ninguna clase. Basta con cualquier campo regado

Gorge... Ouch!

Parece que ha cambiado el tiempo. Esta mañana el aire era brumoso rocío y no brillante luz; el barco parecía perdido en la nada durante el trayecto a través de la ría. Antes de las ocho todavía el sol yace en oriente y su mirada no ilumina las nuestras. La brisa trae frías caricias y ya no más cálidos besos. Pronto empezarán los árboles a desnudarse voluptuosos, alfombrando las calles con los restos crujientes de sus vestiduras. Se acerca el invierno. Y el mejor aviso no es ningún cuervo blanco, ni tiene que ver con “poéticas” frases de vacío contenido: en algún lugar me pilló el frío y hoy tengo un dolor de garganta nada gracioso. Casi lo sería, si no fuera mío. Hace pocos días comentaba, no recuerdo con quién, que yo era relativamente resistente a esos pequeños contratiempos de salud tipo resfriado o gripe y que no temía por ello. La hipocondría no es, desde luego, uno de mis males. En ese mismo momento también añadí, curándome en salud, que era suficiente que dijera eso para que ens

El infierno son los demás

A veces la gente hace cosas incomprensibles. Normalmente no se me da mal ponerme en el lugar de otros para entender los motivos de su conducta. Muchas veces me importa un comino, pero eso no significa que no lo haga y tome nota. Creo que ese es el motivo de que casi nunca me enfade con nadie o me sienta ofendido por algo. Suele haber explicaciones para todo. Pero a veces te encuentras con cosas absurdas (o te las cuentan de primera mano, lo cual es casi lo mismo cuando tu fuente es fiable). Alguien que cuenta mentiras que no llevan a nadie a ningún sitio, o alguien que decide que una vez que se ha echado novio ya no quiere volver a ver a sus amigas de toda la vida. No tiene sentido, son actos en contra de la lógica y en contra del propio individuo que los comete. La chica que decía está cortando la relación con sus amigas sin ningún motivo en absoluto, y lo está haciendo consciente y premeditadamente, en una especie de suicidio social. No puedo imaginar ningún porqué que no incluya alg

El Mapa no es el Territorio

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El lenguaje es magia. Hace poco he tenido una agradable conversación con Roberto y Taboada sobre psicolingüística y otros temas esotéricos. El hecho de que existan culturas que hayan desarrollado un idioma sobre bases no aristotélicas es una idea fascinante en la que no se me había ocurrido pensar. Se trata, supongo, de lenguas más exactas, menos ambiguas, más perfectas, si se me permite la expresión. Solo que esa perfección última tiene que ser inalcanzable, a menos que nos concienciemos para dedicar varios minutos a cada frase, y por ahí sí que ya no pasa nadie. Que le den a la perfección (y yo el primero). Después de todo, esta ambigua imperfección tiene algo de encantador, y no me gustaría renunciar a ella. Pero me estoy desviando. El lenguaje es magia, decía. Es curioso, pero en esencia es así. Uno tiene la idea del mago en su torre estudiando gruesos volúmenes de arcano poder, o quizá escudriñando en su bola de cristal, y desde luego pronunciando palabras mágicas que hacen que oc

I'm Back

Trabajar cuando casi todo el mundo está de vacaciones te da una perspectiva interesante de las cosas. Supongo que a cualquiera le pasa antes o después, pero a mí me llama la atención porque es la primera vez en mi vida que me toca trabajar en verano. La última vez que tuve vacaciones fue en diciembre, dos semanitas navideñas en las que no hice nada de particular. Típico de la navidad, con tanta tradición y tanta reunión familiar y tanto lo mismo de siempre. Asi que van ya ocho meses de curre continuado (once si no contamos esas dos semanas de diciembre), y cualquiera diría que me vendrían bien unas vacaciones… pues no sé. En lo que va de año he cambiado de empresa tres veces, asi que no me ha dado tiempo a estar harto de nada, cada poco hay novedades y la mente se renueva con los cambios. Tengo un horario que cualquiera consideraría lujoso (que dure, que dure) y debo de pertenecer a ese escaso grupo de gente que se considera satisfecha con su salario (de momento, al menos). Mis compañe

Apocalipsis

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Llueve ceniza. El cielo está cubierto por una gran nube de humo que convierte la luz en algo ominoso y macabro. El sol sangra calor y el aire quema. Intentas respirar y el humo invade tus pulmones. El ambiente es pesado y sucio, el humo lo cubre todo. Así debe de ser el infierno, al menos en su versión más clásica. Pero por desgracia no se trata de ninguna ficción, de ninguna imagen oscura para asustar a los niños: está ocurriendo. El fuego se inició el viernes y desde entonces no ha parado de llover ceniza. No estamos tan cerca, pero los efectos se están notando terriblemente aquí. Es muy desagradable. Creo que han cortado la autopista. Ya han muerto dos personas. El incendio lleva tres días devorándolo todo, y por supuesto todos sabemos que ha sido provocado. Mañana, cuando vaya al trabajo, pasaré por allí cerca. Probablemente pueda ver por mí mismo alguna superficie negra y gris que haya sido arrasada, quizá incluso pueda ver algún pequeño foco todavía activo. Los que lo provocaron

Los miércoles al sol

Estoy cansado. Trabajar más de lo que duermes no es una buena idea. El verano, los días largos y las fiestas invitan a acostarse tarde, pero nada cambia el hecho de que empiezo a currar a las ocho en una oficina a 25 kilómetros de casa. Y sin vacaciones a la vista. Con todo, estoy muy contento. Además, no todo el mundo puede decir que coge un barco para ir a trabajar. Es un trayecto muy bonito, a través de la ría. Sobre todo ahora, que los días son luminosos y la brisa te acaricia y el mar está en calma. Me resulta rarísimo, pero trato de hacer memoria y no recuerdo haberme subido a un barco nunca antes. Me parece imposible, pero creo que es así. La inestabilidad del barco no me resultó en absoluto molesta, antes al contrario: en algún momento pillamos una buena ola de costado que hizo que el navío se pegara un buen meneo, e incluso llegué a desear que hubiera más. No fue así, no me explico muy bien por qué. Quizá esas olas eran el residuo del paso de un buque mayor, no sé. El caso es

40º (por lo menos)

Ya estamos oficialmente en la semana del calor infernal. Ayer fue duro, pero lo de hoy sólo puede calificarse como de tortura obscena. Vale, vale, los que están en Madrid lo estarán pasando peor. Pues qué queréis que os diga, chavales. Allí al menos no tendréis esta humedad pegajosa cual esponja de aire asfixiante. Claro que tampoco tendréis chiringuito al lado de la playa… Sí, quizá en Madrid estén peor… El calor horrible marcó todo este día, fue lo peor de todo. En la oficina tenemos aire acondicionado, y os aseguro que por la tarde en más de un momento he deseado estar allí, aunque fuera trabajando. Igual es que como soy el nuevo no estoy nada quemado todavía. La cosa va bien, aprendiendo cosillas y tal. La verdad es que mientras estás dentro estás de lujo, pero cuando tuvimos que salir por la amenaza de bomba el aire nos cayó encima con todo su peso de miles de grados. Un momento! ¿Amenaza de bomba?, os estaréis preguntando. Pues sí. Algún simpático avisó a la guardia civil de que

Adelante

No esperaba estar escribiendo esto ahora, pero he aquí que mi hermanito me ha prestado un portátil y me estoy aprovechando del wifi gratuito del hotel para rematar esta hora muerta antes de la cena. Como muchos sabréis, esta semana estoy en Coruña, en el curso de formación para mi nuevo trabajo. Está siendo prometedor. Hay un montón de cosas que me están llamando la atención de todo esto, tantas que creo que me voy a liar si intento contarlas, asi que de momento lo dejaré. En resumen, diré que duermo poco y paso la mayor parte del tiempo en el curso. Dimos unas vueltas por Coruña y tomamos algo, pero no nos corremos grandes juergas porque al día siguiente hay que madrugar. Hoy fue particularmente fastidioso porque me tocó reconocimiento médico y hubo que madrugar más todavía. Sé que es normal, pero no me habían hecho ninguno antes en ningún trabajo. Un detalle más en el que notas que se trata de una empresa grande. Eso no significa que sean mejores que nadie (no en principio), pero es

Pauliño Auster

Acabo de terminar Brooklyn Follies, el segundo libro de Auster que leo en pocas semanas. Realmente me gusta Paul Auster, es un tipo sobrio pero ameno, que propone situaciones con interesantes ideas de fondo. Tiene clase escribiendo y siempre me hace pasar buenos ratos. Me gusta la manera en que es capaz de hilvanar historias dentro de la propia historia, y me interesan esas ideas que a menudo obsesionan a sus personajes, particularmente el papel del azar en la vida de las personas. Sin embargo, he de decir que Brooklyn Follies es la obra menos convincente de las que he leído de este autor (que tampoco fueron tantas, por otro lado, sólo tres). Creo que esta vez le ha faltado elegancia a la hora de resolver el final, y se le ve un poco el plumero al dar soluciones un pelín forzadas a determinadas incógnitas que no desvelaré aquí. En el Debe de Auster, podría anotar, siendo un poco malo, la excesiva homogeneidad de su obra. Cierto que sólo he leído tres de sus libros, pero sus personajes

Esa especie de morboso atractivo

Desde que empecé a escribir esto, hace ya más de un año, he tenido siempre más o menos claro quiénes serían mis lectores. No me he equivocado, o al menos, no en un gran porcentaje. Desde el principio asumí que seríais casi todos conocidos míos. Siempre ha sido una sorpresa extraña (y agradable!) que alguien a quien no conozco en persona venga, lea, deje comentarios e incluso vuelva otro día. Si puedo explicarme su conducta es sólo porque yo mismo leo y comento blogs de personas igualmente desconocidas. Y me llaman mucho la atención las pequeñas diferencias , como le pasaba a Vincent Vega con Europa. Una de estas diferencias estriba en la concepción básica de cada mensaje. Yo tengo claro quién es mi público, y aunque a menudo haga cosas sabiendo perfectamente que a ninguno de ellos (vosotros) le van a interesar un pijo, eso es algo que me condiciona mucho. Porque, acogiéndome a mi naturaleza reservada, me guardo de decir muchas cosas que no me apetece compartir así por las buenas. Y tam

Geralt de Rivia

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Tenemos nuevo candidato. Aunque hace pocos meses ni lo había oído nombrar, el tal Sapkowski hace bien las cosas. Estrictamente, se trata de dos novelas (El Último Deseo y La Espada del Destino), pero aquí han optado por publicarlas en un único volumen bajo el epígrafe de “La Saga de Geralt de Rivia”. O así es en la edición que a mí me ha llegado. No me parece una mala solución, por más que el tema de las sagas se haga un poco cansino. La estructura de ambas novelas es bastante “modular”, se trata casi siempre de cuentos cortos independientes entre los cuales el único nexo de unión son los propios protagonistas. Aunque cada obra cierra el paréntesis de todos los cuentos precedentes en el capítulo final, definitivamente no se puede decir que sean historias intrincadas; se podrían leer en un orden aleatorio con sólo un par de excepciones. En parte por esto, no creo que tenga mucho sentido esbozar el argumento, y la verdad no sé muy bien cómo resumirlo fielmente en una sola frase. Para muc

Con nocturnidad y alevosía

Si no hubiera noches, habría que inventarlas. De la manera que fuera. Con el método del señor Burns, por ejemplo. Pero la forma da igual. El caso es que a veces viene bien la oscuridad de fuera, aunque solo sea para que no se note la oscuridad de dentro. Creo que los chinos relacionarían esto con alguna filosofía de esas que tienen por allí, el ying y el yang, los opuestos, lo que sea. Los chinos siempre tienen filosofías raras. Claro que, ¿qué se puede esperar de una cultura que nunca logró descubrir el sofá? Tanto misterio oriental, tanto papel, tanta pólvora, tantas hostias, y al final ni un sofá, ni un triste colchón. ¿Qué clase de gente puede vivir así? Se les agotó la cabeza pariendo el idioma ese raro que tienen. Ese que se escribe con dibujitos. Claro, así quién va a pensar. A ninguno se le ocurrió tampoco inventar un tenedor. Comían con palos. Hay que ser un poco gañán. Los antropólogos vendrán a darnos alguna explicación ridícula deducida de unas vasijas rotas que encontraron

Suave dulce fresco

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Empieza despacio, subiendo poco a poco por tu pierna dormida, una canción triste de humedad y olvido. Reptando sibilante, saborea el aire a tu alrededor y huele la textura de tus sueños. Suave dulce fresco como las noches en verano, como la lluvia en un día cálido, como tu sangre en sus labios. Suave dulce fresco el roce de las escamas, la caricia de la muerte buscando el último estertor. Olvida tus sueños, despierta a las pesadillas, paladea el momento y afronta, si puedes, la mirada hipnótica de la que aprende el diablo. Sólo un instante, sólo un mordisco, sólo una vida.

Más vale agua fresca que pis caliente

Cuando la gente se me queja del calor, suelo responder que ahorren saliva, porque aún no hemos llegado a lo peor del verano. Otra respuesta recurrente es "podría ser peor: podría llover". Qué razón tengo siempre. Hoy el Martes 13 se empeñó en hacer honor a su fama, regalándonos un día lluvioso y caluroso al mismo tiempo. El cielo tiene ese gris desmoralizador propio de las tardes de invierno, que sin duda indujo al suicidio a más de uno a lo largo de la historia. El aire es pesado y tibio como corresponde a estos días de tormenta veraniega. Y mientras, esta lluvia perezosa, de gotas gordas y pegajosas, mezclándose con el sudor de la calle como pis caliente en el caldo. Y si te abrigas es peor, porque acabas por sudar más y la sensación de asquerosidad se acentúa. Si optas por la manga corta, te mojas como un gilipollas en esa agüilla sucia como de desagüe. Martes 13. A veces los augurios se cumplen, a veces la superstición se vuelve sabiduría.

El capitán salió a comer...

Tantas cosas que se pueden decir y todas tan aburridas. Sin fuego, sin riesgo, plano. Tenía razón Bukowski. Vengo de añadir a la lista de candidatos “El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco”, una especie de diario de su último año de vida. En realidad casi es un blog impreso. Se trata de entradas cortas, de apenas seis o siete páginas la más larga, con la fecha y hora en el encabezamiento, en las que Bukowski cuenta cosas. Sin pretensiones, sin artificios. Cuenta movidas que le pasan y que se le ocurren. Tal cual un blog. Si hubiera nacido ahora, probablemente tendría uno. Hace tiempo que pasó de moda esto de los blogs. Sin embargo, todavía estamos aquí un buen puñado de nosotros. Parece que todo el mundo tiene algo que decir, alguna indiscutible verdad que proclamar al mundo. El caso es que es divertido. Y lo más sorprendente de todo: es divertido leerlos. No hablo ya por mí, Dios me libre (aunque las 900 visitas del mes pasado sugieren que también; si es que no esta

En Vivo

Ha vuelto el calor, maldito sea. Claro que me quejo de vicio, siempre prefiero un poco más de calor que un poco más de frío. Es asqueroso, es asfixiante, estoy sudando todo el día y al final tengo la ropa pegada al cuerpo, pero qué cojones. Tener frío es peor. Y las chicas lucen muy bien. Siempre es un pequeño extra. Es junio, y es la primera vez en mi vida que junio no significa descanso o vacaciones a la vista. Creo que se me hará extraño, pero la verdad es que tampoco me apetece mucho irme de vacaciones. No hay nada que quiera hacer que no pueda hacer de todos modos, y si hubiera alguna cosa tampoco podría hacerla en vacaciones. Así que qué más da. Sé que tengo pendientes un par de historias sobre mi reciente estancia en Madrid, pero cada día que pasa me parecen menos interesantes. Una de las cosas con las que me quedo es el concierto al que nos llevó Rebeca. Era algo de jazz. Yo no pensaba ir en un principio, pero fue avanzando el día y de todos modos era temprano así que no tenía

Adore

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He ido a Madrid y he vuelto, aunque con más problemas de los esperados. La vida del bloguero es en tramos cortos, y más vale escribir algo antes de que los recuerdos caduquen. Contaré cosas del viaje, como lo estupendo que fue volver a ver a gente que hace tanto no veía, y desde luego alguna crítica furiosa al puto overbooking que me complicó la vuelta. Pero ya llegaremos a eso, que ahora el cuerpo me pide algo distinto. Una de las cosas que hice en Madrid fue continuar con mi política de adquisición de música original que realmente merezca su precio. Así que me compré por fin Adore, el quinto disco oficial de los Smashing Pumpkins, aunque hace ocho años que tengo una copia perfecta. Que no digan que no apoyo a los artistas. Supongo que a estas alturas todos sabéis que soy un fan acérrimo e irrecuperable de ese grupo. Creo que no soy una persona que caiga fácilmente en los típicos comportamientos compulsivos propios de un fan. Aunque es verdad que me gusta ser contundente en mis declar

Sellos

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Finalmente, el timo de la estampita ha quedado superado. Ahora está de moda el timo del sellito. Leo por ahí que entre Afinsa y el Fórum Filatélico suman una deuda de 3,500,000,000 eurillos. Cuánto cero, ¿eh? En realidad el tema no me interesa demasiado y sólo me he enterado de la movida de refilón. Pero en el fondo es que tiene gracia. Una gracia macabra y retorcida, pero no deja de tenerla. He visto en la tele y en los periódicos a gente hundida porque habían invertido ahí todos sus ahorros. Para cualquier persona con dos dedos de frente, invertir todo lo que tienes en una sola cosa es como jugar a ruleta rusa con el cargador lleno, pero no es a lo que me refiero. A mí nunca me hicieron gracia los tontos, y es que además hay tantos que cansan muy pronto. No, vamos a ver, se trata de otra cosa, de algo más en el meollo de la cuestión. Y es que lo que a mí me fascina es que esa gente ha invertido EN SELLOS. Fijaos bien: en sellos. En esos cuadraditos que pones en los sobres al enviar l

Pequeñas cosas a la luz de la luna

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La noche de ayer estuvo marcada por la luna llena. La luna llena tiene poderes increíbles. Debimos imaginar lo que pasaría cuando, acabando la tarde, nos fuimos a tomar unas cervezas al Lobishome. Era una señal. El sitio, por cierto, es estupendo. Yo escribiría el nombre sin h, pero de momento es el único “pero” que le puedo poner. La terracita en el jardín es cojonuda, y el local está en un sitio muy tranquilo en el que puedes escuchar el canto de los pajarillos, a pesar de estar a escasos minutos andando de la Plaza de España. Merece la pena volver, y me da que lo haremos. Salimos de allí cuando el sol se escondía, y el influjo mágico de la luna empezaba a actuar sobre nosotros, aunque todavía no nos percatábamos. Pero estoy seguro de que hubo algo de sobrenatural. De otra manera, no se explica que espontáneamente nos fuéramos de cena una tropa como de 20 personas, cuando por lo general esta clase de evento no se logra sin una larga y compleja organización para conjugar fechas y hora

El Fin del Mundo

Puedo empezar a hablar del buen tiempo, mencionar el fútbol, comentar algún anuncio de la tele o poneros al día de lo que estoy leyendo. También puedo seguir escribiendo sin centrarme en ningún tema, sólo por el placer de hilvanar las frases y poner una palabra detrás de otra. Puedo explicar cómo me va en el trabajo, o cómo va mejorando mi inglés. Podría decir a dónde he ido hoy, o con quién he estado. Podría retratar a una persona o a un momento, si quisiera… y si no supiera que acabaría siendo una mala idea. Puedo analizar las cosas que me han gustado últimamente, ya sea en cine, música o literatura. Puedo colgar fotos mías haciendo el tonto y hacer comentarios supuestamente graciosos sobre ellas. Puedo contar alguna anécdota divertida que me haya acontecido en algún día lejano (o próximo). También puedo elegir algún tema “de interés general” y hacer algún tipo de artículo humorístico, que va tocando. Debería poder inventarme una historia de la nada, porque recuerdo un tiempo en que

Próximamente

Paremos el reloj un ratito. Ya decía Cortázar que los relojes pueden esclavizarnos si les dejamos, aunque me arriesgo a parecer un gafapasta citándolo. Próximamente está aquí y ha dejado, por tanto, de existir, paradojas de la vida. No por falsas menos ciertas, si me permiten decirlo, y es que no es esto un terreno firme al que podamos agarrarnos. Digamos que es un navío sin relojes que va naufragando en el tiempo, y me resignaré a ser un gafapasta por esta noche. No será entretenido para muchos, pero será entretenido para mí, y ya me preocuparé de ellos cuando llegue a la orilla. En mis manos ha caído recientemente La Noche del Oráculo, de Auster, del que espero que pase a engrosar la lista de candidatos del año una vez termine la última página… aunque tan sólo he leído un libro suyo aparte de este que estoy empezando (El Palacio de la Luna, finalista en 2005) tengo bastante fe en Paul Auster. Bueno, también he leído una versión en cómic de La Ciudad de Cristal, que era estupenda, pe

Últimamente

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Han sido días intensos y gratos. Me lo he pasado muy bien de muchas maneras diversas. Destaca, por ejemplo, el picnic montunista del domingo, pero no quiero añadir nada a lo que ya se ha dicho por aquí e acolá , aparte de agradecer los esfuerzos logísticos de los responsables. Debe de costar juntar a veintitantas personas pa lo mismo, pero merece la pena. Y es que, como suele ocurrir, la compañía ha sido más importante que la actividad… que también molaba. Tampoco puedo olvidar que ayer he ido por primera vez en mi vida a jugar a los bolos. Una vez más, es una de esas cosas que dependen mucho de la compañía que tengas. En gran parte por eso, yo me lo pasé de vicio. El juego en sí mismo no es que sea gran cosa, pero tiene como un gusanillo vicioso y te lo pasas bien. Además, resulta que se me ha dado mejor de lo que esperaba, y puedo contar por victorias todas las partidas que he jugado en mi vida. Pero el motivo por el que no puedo olvidarlo es otro: aunque suena ridículo, tengo unas

Estadísticas

De vez en cuando le echo un ojo a la página de estadísticas del blog. Suele ser curioso. Aunque la mayor parte son datos aburridos y sin interés, de vez en cuando se encuentra uno con cosas espectaculares. El ritmo de visitas está aumentando sorprendentemente en 2006 y aún no acabo de entender por qué, pero oye, bienvenido sea. Si ir más lejos, el otro día se batió el record de visitas en un solo día (el 21 de mayo, 69 visitas), y para mí es un misterio, porque la media suele estar muy constante en treinta y algo. Y no hubo post ni nada. ¿Qué habrá pasado el 21 pa que haya entrado tanta gente? Alguna conjunción astral o algo. O tal vez fuisteis otra vez los mismos, poseídos por la fiebre de la polémica futbolera de esos días. Otro record, por cierto: 30 comentarios en un mensaje. Como ya me comentó alguien, se han visto los mismos típicos argumentos que todos hemos oído en una conversación sobre ese tema… lo cual respalda mi afirmación de que los antifútbol no razonan, de lo contrario

Faith

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Las cosas no tienen, en sí mismas, más importancia que la que uno quiere depositar en ellas. No os dejéis engañar en esto. La gente va por ahí diciendo “eso no es importante”, “esto sí”, o “eso es más importante que aquello”. Chorradas. Si relativizamos algo lo suficiente, veremos que en el fondo casi nada importa nada. A mí, por ejemplo, casi todo me da igual, porque doy importancia a pocas cosas. Después de pensar en ello, por diversos motivos que ahora no vienen al caso y no merece la pena comentar, he llegado a la conclusión de que lo único que me importa son un cierto número de personas a las que quiero. Ni siquiera es un número muy grande, sumando amigos y familiares. Luego hay cosas que me alegran un poco la vida, pero eso ya es otro tema. Todo esto viene al caso porque desde ayer se están jugando las semifinales de la Champions League, la Copa de Europa de clubes, vaya, y las estoy siguiendo con gran interés. Yo no diría que me importan, de la misma manera que tampoco me import

Reality

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El otro día, estando en el 24 horas, me fijé en las bolsas de conguitos. Yo no lo sabía, pero ahora también hay conguitos de chocolate blanco. Estaban en el expositor, el uno junto al otro, en una hermosa estampa de hermandad. Colors. El blanco y el negro, muy juntitos. Pero me choca una cosa. Los conguitos blancos siguen teniendo rasgos de negro (digamos que tienen un origen africano, para que no se nos ofendan los meapilas). En los conguitos normales, no hay ningún problema, siempre nos los vendieron como… bueno, como aborígenes del Congo o algo así. “Yo soy aquel negrito del África tropical”, decía el anuncio de otro producto muy conocido. Era un poco eso. De siempre, se relacionaba a los productos de chocolate y similares con negritos en África. Negritos, conguitos, viene a ser igual. Por cierto, también hay unas pastas llamadas negritos que están de vicio de ricas. Todo terriblemente condescendiente, en definitiva. Lo coherente sería que los conguitos blancos tuvieran otro diseño.

A veces pasa

Supongo que a los que escribimos blogs nos pasa a menudo que, si dejamos pasar una ocasión, la perdemos para siempre. A veces piensas “estupendo tema para hacer un comentario”, pero si lo dejas pasar, luego ya no te sirve. A veces, ni siquiera te acuerdas de qué era lo que querías comentar. A mí me pasa todo el tiempo. Muchas veces, llego aquí con una idea preconcebida y saco un comentario. Otras, empiezo a escribir de cualquier cosa y voy tirando por ahí. Esas son las peores, las menos interesantes. No es sólo porque no me pasan muchas cosas interesantes, sino porque además ejerzo una autocensura casi inconsciente sobre las cosas que estoy dispuesto a decir y las que no. Quizá vaya en contra del interés del texto, pero soy así de reservado, qué le vamos a hacer. El Poor Bastard de Joe Matt es una lectura estupenda, pero no es el rollo que a mí me va (y no lo digo sólo por el tema de las masturbaciones). Eso sí, me parece admirable, como admirables son también esos arranques de sinceri

Radio Free Waznei

Cada poco aparece por Internet un juguete nuevo. La mayoría nos aburren pronto. En realidad, creo que todo nos aburre pronto, o al menos a mí me pasa. Da la sensación de que hoy en día las cosas no están hechas para durar; el entretenimiento tampoco. Todo debe cambiar, siempre hace falta algo nuevo. Y es así como las coñas telefónicas, los vídeos chorras y los mails (supuestamente) graciosos acaban hartándonos… o al menos, a los que tenemos buen gusto (este es el punto en que los listillos me preguntan qué es el “buen gusto”… deberíais saberlo ya, mamones: es el que se parece al mío). Ahora pensaba escribir un pequeño comentario sobre lo rápido que se mueve nuestra sociedad hacia ninguna parte, pero he descubierto que no estoy demasiado inspirado para eso. Empecé este post con la idea de comentar mi nuevo juguete, antes de que me aburra y pierda el interés, como me ha pasado ya tantas veces. Asi que será mejor que me ciña al tema. Es simple. Las circunstancias fueron propicias y me dio