Hace unos meses me quejaba aquí de cómo la industria del videojuego vive de espaladas al pasado, renegando de su patrimonio cultural. Es algo así como si al cabo de tres o cuatro años los libros publicados se desintegraran o las películas no se pudieran volver a ver. Impide al medio alcanzar una madurez plena al privarlo de la herencia de las grandes obras que se han hecho, y que las nuevas generaciones no podrán probar.
Sin embargo, de vez en cuando aparece un destello de esperanza para los que esperamos que algún día esta situación cambie. Hace pocos días hemos visto uno de los más brillantes en mucho tiempo, ya que Lucasarts, la en otro tiempo gran desarrolladora de videojuegos, ha decidido publicar un remake de una de las obras más importantes de la historia: The Secret Of Monkey Island. Para alguien como yo, que en su día no tuvo la oportunidad de jugarla (en 1990 tenía un Commodore 64 y las grandes obras del momento estaban fuera de mi alcance), se trata de un acontecimiento especialmente emocionante.
Han hecho algo muy simple: tomaron el brillante juego original y lo “redibujaron” casi píxel a píxel para darle una calidad HD acorde a lo que esperamos hoy en día. Rehicieron la banda sonora con una orquestación completa conservando las melodías originales, y reclutaron a un excelente elenco de actores para hacer el doblaje. El resultado, también muy simple: el absoluto placer de poder disfrutar del Monkey Island como si fuera un juego totalmente nuevo (cosa que para mí prácticamente es).
Aplaudo por completo la iniciativa y sólo me queda esperar que sea un éxito para que se animen a continuar con otros títulos maravillosos que no pude jugar en su momento. Empezando por el Monkey 2, sin olvidarnos de Loom (que siempre ejerció una fascinación extraña sobre mí) y siguiendo por los Indys y por supuesto las obras geniales de Sierra. A mí me vendría de maravilla, ya también a una legión de jugadores que, por su edad, probablemente no hayan ni oído hablar de ellas. En mi opinión, la aventura gráfica es un género que no caduca, y estoy convencido de que la gente hoy puede sentirse igual de fascinada con estos juegos que hace 20 años cuando aparecieron. Por desgracia, lo que sí caduca es el soporte en que se juegan, y hasta yo tengo que reconocer que ponerme a jugar a un juego de hace 20 años con los medios de entonces no me parece una idea en absoluto atractiva. Por eso creo que estos remakes deberían ser un pilar fundamental de servicios de descarga como el de Xbox Live, pero debidamente actualizados y no como una simple reventa del original (como por desgracia vemos demasiado).
Aún así, y aunque mi valoración del Monkey Island sólo puede ser positiva, no quiero dejar de mencionar unos pequeños defectos mejorables, empezando por la animación. Y es que aunque el aspecto visual de todo el juego es excelente, las animaciones no son mucho mejores de lo que eran en 1990 y muchos movimientos se hacen bruscos y poco naturales. Nuestro personaje se mueve por la pantalla como un pegote superpuesto en el escenario, sin ninguna sensación de pertenecer a él. Esto también pasaba en la versión original, pero entonces no se notaba tanto. De todas maneras hay que reconocer que uno se acostumbra y al cabo de un rato no chirría en exceso. En cambio, lo que sí se va haciendo farragoso en todo momento es el manejo, que no está todo lo modernizado que podría. Se limitaron a quitar el inventario y el menú de verbos de la pantalla haciendo que aparezcan al pulsar un botón, cosa que me parece muy bien, pero en esencia sigue siendo igual, cuando todos sabemos que quedó superado hace muchos años. Hubieran podido rescatar el sistema del Monkey3, por ejemplo, que era mucho más práctico y fluido. Por mencionar uno. Pero claro, seguro que entonces habría muchos puretas imbéciles rasgándose las vestiduras y gritando “anatema, anatema!”. Aunque por lo que leo en los comentarios de Aventuraycia lo están haciendo de todos modos. Por último, y aunque esto ya no tiene nada que ver con el remake sino con el juego original en sí, tengo que decir que se nota que es un juego viejillo, básicamente en la poca variedad de comentarios y elementos observables del juego. Quiero decir, que por ejemplo la frase “No le veo nada de particular” cuando examinamos algo la acabamos oyendo millones de veces, cuando en otros juegos más modernos el guión es mucho más extenso y rico en detalles. Por supuesto nadie le puede quitar al juego el mérito incomparable de haber sido de los primeros en reinar sobre el género, y aún mantiene frescos el ingenio y la brillantez de sus puzzles (algunos son realmente geniales, una verdadera demostración de cómo se tienen que hacer las cosas sin caer en soluciones absurdas, insípidas, o basadas en la mera combinatoria, las grandes lacras de la aventura moderna). Pero aún así, y hasta donde he podido ver (todavía no lo he terminado, acabo de llegar a Monkey Island), en contra de la opinión de muchos nostálgicos creo que ya puede haber sido superado… y es que no creo que consiga desbancar a Gabriel Knight 3 como mi aventura gráfica favorita de todos los tiempos.
Mola la iniciativa de recuperar juegos clasicones y adaptarlos a las 'nuevas' tecnologías, que los emuladores y demás proyectos son muy funcionales, pero muchas veces son un auténtico coñazo de configuración. A ver si se extiende la práctica a otros juegazos.
Por poner una pega, no me gusta mucho el rediseño de los personajes, pero como no soy muy pureta con estas cosas (no me desagradó el Monkey 4), tampoco es tan grave :D
PD. Pos sí, qué ganas de tener 15 despreocupados años eternamente... :P
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Las cosas no tienen, en sí mismas, más importancia que la que uno quiere depositar en ellas. No os dejéis engañar en esto. La gente va por ahí diciendo “eso no es importante”, “esto sí”, o “eso es más importante que aquello”. Chorradas. Si relativizamos algo lo suficiente, veremos que en el fondo casi nada importa nada. A mí, por ejemplo, casi todo me da igual, porque doy importancia a pocas cosas. Después de pensar en ello, por diversos motivos que ahora no vienen al caso y no merece la pena comentar, he llegado a la conclusión de que lo único que me importa son un cierto número de personas a las que quiero. Ni siquiera es un número muy grande, sumando amigos y familiares. Luego hay cosas que me alegran un poco la vida, pero eso ya es otro tema. Todo esto viene al caso porque desde ayer se están jugando las semifinales de la Champions League, la Copa de Europa de clubes, vaya, y las estoy siguiendo con gran interés. Yo no diría que me importan, de la misma manera que tampoco me import...
El premio honorífico a mejor juego de acción de 2020 va a uno de los pocos juegos de este año que compitieron seriamente por el premio gordo; uno de los que podemos considerar serios finalistas. Se trata de Sekiro: Shadows Die Twice . From Software lanzaron Sekiro: Shadows Die Twice a principios de 2019 en medio de una gran expectación, como corresponde a cualquier obra que presente uno de los estudios más prestigiosos de la industria. Hoy en día, en From pueden contarse entre los creadores más influyentes del videojuego mundial y tienen una legión de fans atentos a cualquier proyecto que quieran emprender. No fue siempre así, ya que se trata de un estudio más antiguo de lo que uno pudiera pensar y que durante muchos años (décadas!) estuvieron muy lejos de disfrutar de la atención de los medios, sobreviviendo con producciones de poca trascendencia en occidente, algunas de las cuales creo que ni siquiera llegaron a Europa, y concentrando sus mayores éxitos en el muy reducido nicho de l...
Comentarios
Eso sí, con el tiempo y la despreocupación de esas épocas...
Por poner una pega, no me gusta mucho el rediseño de los personajes, pero como no soy muy pureta con estas cosas (no me desagradó el Monkey 4), tampoco es tan grave :D
PD. Pos sí, qué ganas de tener 15 despreocupados años eternamente... :P