Faith
Las cosas no tienen, en sí mismas, más importancia que la que uno quiere depositar en ellas. No os dejéis engañar en esto. La gente va por ahí diciendo “eso no es importante”, “esto sí”, o “eso es más importante que aquello”. Chorradas. Si relativizamos algo lo suficiente, veremos que en el fondo casi nada importa nada. A mí, por ejemplo, casi todo me da igual, porque doy importancia a pocas cosas. Después de pensar en ello, por diversos motivos que ahora no vienen al caso y no merece la pena comentar, he llegado a la conclusión de que lo único que me importa son un cierto número de personas a las que quiero. Ni siquiera es un número muy grande, sumando amigos y familiares. Luego hay cosas que me alegran un poco la vida, pero eso ya es otro tema.
Todo esto viene al caso porque desde ayer se están jugando las semifinales de la Champions League, la Copa de Europa de clubes, vaya, y las estoy siguiendo con gran interés. Yo no diría que me importan, de la misma manera que tampoco me importa una tarta de queso, por deliciosa que sea o por mucho que disfrute con ella. Pero a pesar de todo, me gusta el fútbol, y me interesa todo ese circo que se trae. Análogamente, hay gente a la que no le gusta, qué se le va a hacer. Pero luego hay otro tipo más de gente, casi todos snobs gilipollas, que se declaran militantes antifútbol. No pierden ocasión de menospreciar a los jugadores, a los dirigentes, a los aficionados, al deporte mismo. “Estoy harto de tanto fútbol”, dicen. Se indignan de que los jugadores cobren sueldos estratosféricos por darle patadas a un balón cuando hay gente que se muere de hambre en África, y te lo dicen tan tranquilos, al parecer sin darse cuenta de que quedan como demagogos descerebrados. Malditos imbéciles.
Ante estas opiniones, mis respuestas suelen estar en la línea de “jódete”, o “si no te gusta, vete a algún país comunista y deja de dar el coñazo”. Ya sé que no son muy agudas, pero de todos modos no se consigue nada razonando porque esa gente no razona. Más allá del hecho (evidente) de que los futbolistas ganan un sueldo perfectamente justo por el simple motivo de que hay alguien dispuesto a pagárselo (lo que es, no lo olvidemos, una de las bases de nuestra sociedad), yo afirmo que se lo merecen. Y aunque la situación para la humanidad no va a cambiar gran cosa gane quien gane el Mundial de Alemania de este verano, nadie puede decir que es un acontecimiento sin importancia (o, para ser más exactos, no tiene menos importancia que cualquier tema que se trate en el Congreso o lo que pueda decir cualquier diario sobre la burbuja inmobiliaria). Si nos despegamos de la subjetividad de considerar las cosas a las que damos importancia para pensar en aquellas a las que comúnmente se le da importancia, probablemente el Mundial sea lo más importante que ocurre cada cuatro años.
Pero no se trata sólo de eso. Estos resentidos envidiosos que son los militantes antifútbol (y que son el mismo tipo de persona que cualquier militante anti-algo, personas despreciables en su mayoría) prefieren quedarse en lo frívolo y superficial sin considerar cuestiones más profundas. Ya sabéis, toda esa mierda del deporte como método de superación personal, el honor, etc. Porque aunque lo forres de millones y lo llenes de hooligans borrachos, al fondo del vaso sigue estando la esencia del asunto. El hecho es que hay personas a las que verdaderamente les importa lo que pase con su equipo. Les importa igual que lo que le ocurra a su mejor amigo. Les importa más que lo que diga el presidente. Así de fácil. Han escogido algo distinto a lo que amar, más allá de las personas o la razón. Si esto es ridículo o motivo de burla, más vale que empecemos a suicidarnos todos en masa, porque un buen número de los mejores sentimientos de los que es capaz el ser humano se pueden encontrar, con algo de suerte, en un campo de fútbol.
Y no quiero acabar este alegato profutbolístico sin mencionar la final de la Champions de 2005, aquel increíble Liverpool-Milan. No voy a hablar del admirable ejercicio de voluntad que es remontar un 0-3 a un equipo muy superior cuando nadie da un duro por ti (jodidamente épico, por otro lado). No, quiero hablar de un tipo llamado Jamie Carragher, un defensa central del Liverpool. En la prórroga, empatando, después de haber hecho algo que estoy seguro que nadie creía que se podía hacer, le dio un tirón en una pierna. O se le subió un gemelo o algo así. Luego leí por ahí que el fulano tenía calambres, pero eso durante el partido yo no lo sabía. Lo que sí sabía es que el tío estaba sufriendo. Tenía una cara de dolor que sólo se puede lograr cuando estás bien jodido, roto de cansancio y bajo una presión brutal. Sudaba como un puto cerdo y uno podía ver que le dolía cada paso que daba. En la jugada siguiente, como un minuto después, un delantero del Milan se escapó de su par y se fue derecho a la portería. Pues bien, el tal Carragher se lanzó a por el balón como un salvaje a cortar su avance. Y lo hizo. Y juraría que lo he visto gritar mientras hacía la entrada con la misma pierna que tenía agarrotada un par de minutos antes. Y estoy seguro de que en ese momento no pensaba “qué bien vivo, con mi sueldo millonario y mi deportivo mientras tanta gente se mata a trabajar”. Supongo que debía ser algo como “Yo este balón lo saco por mis cojones, y si me muero, me muero sacándolo”. Y en ese instante, capullos antifútbol, Jamie Carragher se ganó, en mi opinión, cada mísera libra de su millonario sueldo. Porque para toda la gente a la que le importaba, la posibilidad de ver a su equipo ganar la Champions vale más que el dinero.
Y si no os gusta, largaos a algún país comunista y dejad de dar el coñazo.
Comentarios
En fin, sólo añadiré una cosa: yo siento exactamente lo mismo pero en lo que se refiere al baloncesto, el fútbol me la pela.
Salud!
La demencia del Estudiantes!!! oeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoe!!!
El sueldo de los jugadores me la trae al pairo, hay cosas peores, pero me harta la saturación mediática.
Hablando de demagogia descerebrada:
"Y estoy seguro de que en ese momento no pensaba “qué bien vivo, con mi sueldo millonario y mi deportivo mientras tanta gente se mata a trabajar”. Supongo que debía ser algo como “Yo este balón lo saco por mis cojones, y si me muero, me muero sacándolo”. Y en ese instante, capullos antifútbol, Jamie Carragher se ganó, en mi opinión, cada mísera libra de su millonario sueldo..."
Ahí queda eso.
Y si no te gusta da un golpe de estado.
"Poco pan y pésimo circo"
Hace tiempo escuché alguna que otra vez el argumento ese de "cómo puedes gastar tu dinero en esa bobada? que si el capitalismo y blablablá" El/La idiota que los emplea suele estar ataviado con ropitas pseudo-alternativas, vaqueros rotos que valen un ojo de la cara y cosas así. allá ellos, cada uno se apasiona por lo que le da la gana, a quien no le guste que mire para otro lado.
A mí los antifútbol me la pelan. Comparto alguno de sus puntos de vista: eso de que el telediario sea 50% fútbol me jode, tanto porque eso no es el lugar como por el menosprecio a otros deportes. Por poner un ejemplo, vaya. Pero con tal de ser guay y moderno y buenrollista y alternativo y progre y tal y pascual perdemos el culo por cualquier bobada. A la mierda, hombre. Si la lucha grecorromana fuese un deporte de masas irían a cuchillo a por él.
Hala chicos, un saludo. Ah, Berni, el fútbol era considerado en la URSS un deporte del pueblo, en oposición a deportes más elitistas como el tenis, la caza y demás. Y mírate la historia de los mundiales, los comunistas han hecho grandes cosas. A quien no le guste el fútbol, que se vaya a EEUU.
Roberto
Por supuesto, kashew tiene razón en lo de que el número condiciona la percepción social sobre cualquier cosa... pero eso no tiene nada que ver con nada. Desde luego, si existieran miles de fanáticos del Chrono Cross que se reunieran periódicamente para jugar, podría pasar cualquier cosa, y a esa hipotética sociedad de frikis le parecería bien. Salvo a los putos mamones anti-Chrono Cross que no tardarían en aparecer, y que son los que me dan asco, no la gente a la que simplemente no le gusta el fútbol.
Respondiendo a stereotopffer, creo que la dedicación y el sacrificio de Carragher en su trabajo me parece muy respetable, y no veo cómo se la puede comparar con una frase vacía e hipócrita pronunciada por gente que también vive infinitamente mejor que los muertos de hambre en África y no está dispuesta a renunciar a nada de lo que tiene, exactamente igual que los tipos a los que critica. Y sobre lo demás, me declaro psicópata.
Antes de que Alberto me pregunte, llamo a la gente por sus niks como consideración a aquellos posibles lectores que no nos conozcan en persona (que los hay).
Lo de irse a un país comunista no lo decía por el fútbol en sí, sino por el rollo de que los jugadores cobren millonadas por el hecho de vivir en economías de "libre mercado" en el que el valor de las cosas se deciden por la ley de la oferta y la demanda y cada uno puede hacer lo que quiera con su dinero. Como si les quieren pagar millones por mondar naranjas. Es su dinero y que se lo gasten en lo que les dé la gana.
Sobre lo de la relativización de la importancia, hay cosas que son más importantes que otras, pero no solo por razones subjetivas... otra cosa es que nos importen o no las cosas imnportantes o que tengamos suficiente visión de futuro. Repito negarlo, y poner en una misma balanza según que cosas, puede servir para echarnos unas risas, para mentir, o porque estamos muy mal de la cabeza.
En otro orden de cosas, como casi cualquier acontecimiento masificado el futbol produce estupidez colectiva, tanto como las manifestaciones los mitines, o los conciertos, no creo que tenga que ver con la actividad si no con el hecho de que el ser humano no parece saber comportarse en estas situaciones.
Por otro lado los futboleros se quejan de que se les de el coñazo con "que si el futbol tal o pascual" pero coño no olvidemos que lo verdaderamente cansino es ver el puto futbol hasta en la sopa.
Los comunistas stalinistas siempre fueron un poco tontos, el hecho de decir que el futbol es un deporte para el pueblo y no como el tenis (la caza ya es otro cantar) o lo que fuere es una auténtica chorrada y no creo que necesite explicar porque.
Tb aclaro que yo no odio el futbol, y que cada cual vea lo que quiera, pero desde luego yo puedo decir tantas veces como quiera de que estoy hasta los cojones del mismo, y no por ninguna razón anti-capitalista, si no porque no me interesa y se me obliga a lo contrario.
Y estoy completamente de acuerdo con Kashew con que en el nombre del futbol se permiten cosas que no se permiten en otras ocasiones... ejemplo;
Los sabados por la noche la policia se hincha a poner multas a los coches mal aparcados en Rosalía de Castro y alrededores, los de la gente que va a un botellón o a Churruca.
Los días de futbol no he visto a ningún policia poniendo multas a los centenares de coches que pueblan los aledaños del Balaidos, incluidas rotondas en un 1 km a la redonda, pese a que como conductor puedo asegurar que los aparcamientos indebidos que se hacen en Balaidos son mucho más peligrosos (tened en cuenta que a día de hoy adema coinciden con la salida e una vía rápida).
Y es que el opio del pueblo aunque se vista de seda opio se queda, y se siguen haciendo cosas en su nombre que pa qué (esto por supuesto no desacredita en absoluto el fútbol pero explica por que muchas personas estamos hasta los cojones del fenómeno mediático/social del mismo)
Aunque el fútbol me trae sin cuidado, se reconocer a los buenos deportistas y a los malabaristas del balón cuando los veos (el otro día, lo poco que ví de ese partido Milan-Barcelona, me dejo impresionado con el tal Ronaldinho), y aun así, por mucha euforia que produzca, por mucho que sientas los colores, no entiendo como la gente se pone así por algo que no deja de ser un juego. Y lo que es peor, no me entra en la cabeza que a todo el mundo le parezca normal, diga "son cosas de una afición apasionada", o "son chavales, después de todo": rompa usted una fuente pública celebrando cualquier otra cosa, y preparese a recibir palos legales y literales.
Esto no es un alegato anti-fútbol: es un alegato procivismo y antivandalismo, un vandalismo socialmente aceptado, pero vandalismo al fin y al cabo.
Ah, y Waznei, tus escritos antidemagogicos cada vez contienen más demagogia.
http://thegrandpretender.blogspot.com/2005_06_01_thegrandpretender_archive.html
Todos estamos en contra de los actos vandálicos y las injusticias (supongo), pero tienen poco que ver con el fútbol. Es lo que ocurre con cualquier aglomeración de personas socialmente aceptada. Quizá el botellón también debería ser aceptado, pero el que no lo sea no tiene nada que ver con el fútbol. Las cosas no son "o pa todos o pa nadie". Las cosas son como son, dijo un sabio.
Y no, stereotopffer, no es demagogia (o no mucho), porque yo no digo que Carragher se merezca su sueldo más que cualquier otro. Simplemente se lo gana. Tanto como un estibador portuario. Ni más ni menos. Si él cobra más es sólo porque sus jefes están dispuestos a ofrecerle más. Están dispuestos porque tienen más. Tienen más porque ganan más. Y lo que no se puede hacer es decir "ah, no, no puede ser, ese señor gana demasiado". ¿Cómo que "demasiado"? Gana lo que puede, como todo el mundo. Aquí es donde la gente empieza a mencionar a los niños de África, y eso sí es demagogia. Lo que yo hago es, como mucho, contrademagogia.
No creo que haya muchas cosas objetivamente más importantes que otras. La vida es importante en sí misma. Lo demás, según a quién le preguntes. Estoy dispuesto a oír argumentos, por cierto.
También me gustaría oír por qué el tenis es tan de clase baja como el fútbol. Ya sin entrar en lo que uno necesita para jugar (prácticamente NADA en el caso del fútbol, y unas cuantas cosas en el caso del tenis), el que el tenis sea individual y el fútbol colectivo ya parece justificar el que se considere como un deporte de masas. Ahora sí, también me parece bastante chorras lo del deporte del pueblo.
Nadie te obliga a que te interese el fútbol. Lo que no se puede hacer es obligar a los demás a que no les interese para que tú no te sientas desplazado en las conversaciones. Gañán.
"Anton Lasheras Rotaeche" es el nombre más inverosímil que he visto nunca.
EStoy de acuerdo en que el relativismo es relativo, jejeje, o sea: no jodamos, hay cosas que son infinitamente más importantes que otras. Las necesidades básicas, por poner el ejemplo más claro, son bastante más importantes que el júrgol, el cine o los zapatos a la última moda. No, estos últimos NO son una necesidad básica, otros sí, pero no ésos.
yo también estoy harto de ver fútbol hasta en la sopa y de observar una y otra vez como a los idiotas que mencionais (habláis de Barcelona... bueno, si queréis os cuento cómo acababa Balaídos y aledanhos hace unos anhitos en los derbis, o del infierno que es a veces viajar en tren por aquí un sábado, con policía por todos lados y gente buscando gresca) se dedican a hacer el borrico. Hasta me repatea el negocio enorme que se monta alrededor del fútbol. Qué le vamos a hacer chicos, oferta y demanda, o algo parecido.
Pero el tonillo de superioridad intelectual (ironic mode on) que a veces destilan ciertos comentarios sobre el fútbol (o sobre otras cosas) me repatean un tanto el hígado.
Sobre el fútbol como deporte popular en oposición a otros... pues vale, no te lo creas si no quieres. Pero Berni ha apuntado un par de motivos: casi no tiene requisitos y es un deporte de equipo. Además, entonces el tenis estaba de moda en la alta sociedad (y si me apuráis, nunca ha perdido su aura de elitista), además se trataba de un instrumento político, como todo el deporte en los sistemas del bloque soviético. Júzgalo en ese contexto, anda. Por cierto que no lo hicieron nada mal, al menos en el caso del fútbol.
Hala, me piro que ya me caigo de suenho. Berni, es verdad, el argumento del esfuerzo tampoco me convence.
Roberto
Alguien hablaba de los alpinistas que se juegan la vida... ¿Cuántas personas pagarían por seguir las peripecias de un alpinista colgado de una pared? No nos engañemos... si el alpinista no gana dinero es porque hasta ahora nadie ha sabido vender el espectáculo que es capaz de generar.
El fútbol es el espectáculo rey: el que más pasiones desata, el que a más gente -con diferencia- interesa. Y si estamos dispuestos a aceptar que lo que vale en un asunto tan importante como la política es lo que opina la mayoría de la gente, habrá que convenir también que el fútbol es hoy por hoy el mayor espectáculo de masas creado por el hombre.
Y es que ser liberal o ser socialista son dos maneras incompatibles de ver el mundo y sus cosas.
Ale, pásenlo todos muy bien.
Ah y por cierto, que yo no digo a nadie que no vea el fútbol faltaría más. A mi si que me obligan o a oir fútbol, o a verlo, o a vivir en una burbuja, y si bien es cierto es que muchas veces somos invadidos por cosas que no nos interesan el caso del fútbol es hiperbólico.
Por cierto tanto los liberales como los socialistas pretenden la hegemonía de sus ideales y la conversión de la humanidad no nos engañemos... igual lo que cambian son los métodos.
Todos los demas argumentos sobre que es el mayor espectáculo de masas creado por el hombre son obvias, y no interfieren para nada con el hecho de que esté hasta los huevos de él. Pero ojo, YO estoy hasta los huevos, y así os lo comunico, vosotros haced lo que querais que para lo que me importa, la verdad, me tira de un pie.
¿por qué siempre me pasa que estoy de acuerdo con todas las opiniones?
Bueno, no todas, en realidad yo creo que si ponen fútbol por la tele el liberal lo que hace es pensar en cómo sacarle dinero al asunto (vendiendo bocatas en el estadio por ejemplo... y si pone una loncha menos de queso por bocata pues más dinero ganará). El comunista de un régimen comunista verá el partido porque es lo que le dicta su estado, que es el que piensa por y para él.
Y me suda un huevo que sea a causa del fútbol, de la Volvo Ocean Race o de la cabalgata de los Reyes Magos, no van por ahí los tiros, al menos en mi caso.
Y yo le digo que no lo vea, por favor, porque en temas de futbol internacional mi madre es bastante gafe, pero éso la anima aún más, y se pasa el partido diciendo lo malos que somos, sin saber distinguir un penalti de un saque de esquina, pero ella nota de alguna manera que somos muy malos. Y en definitiva, ésa es la razón de que la selección española jamás haya ganado nada: Mi madre
Es que esta canción es muy pegadiza...
Miss J. Hyde
La conclusión más increíble que se extrae de todo esto es que, dado que vivimos en una "economía de libre mercado", todo aquello por lo que alguien ofrezca dinero queda legitimado moralmente... al contrario que en los regímenes comunistas donde viven mejor... o algo... ^^
(esto es anticontrademagogia, por lo menos... XD )