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Mostrando entradas de junio, 2006

Esa especie de morboso atractivo

Desde que empecé a escribir esto, hace ya más de un año, he tenido siempre más o menos claro quiénes serían mis lectores. No me he equivocado, o al menos, no en un gran porcentaje. Desde el principio asumí que seríais casi todos conocidos míos. Siempre ha sido una sorpresa extraña (y agradable!) que alguien a quien no conozco en persona venga, lea, deje comentarios e incluso vuelva otro día. Si puedo explicarme su conducta es sólo porque yo mismo leo y comento blogs de personas igualmente desconocidas. Y me llaman mucho la atención las pequeñas diferencias , como le pasaba a Vincent Vega con Europa. Una de estas diferencias estriba en la concepción básica de cada mensaje. Yo tengo claro quién es mi público, y aunque a menudo haga cosas sabiendo perfectamente que a ninguno de ellos (vosotros) le van a interesar un pijo, eso es algo que me condiciona mucho. Porque, acogiéndome a mi naturaleza reservada, me guardo de decir muchas cosas que no me apetece compartir así por las buenas. Y tam

Geralt de Rivia

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Tenemos nuevo candidato. Aunque hace pocos meses ni lo había oído nombrar, el tal Sapkowski hace bien las cosas. Estrictamente, se trata de dos novelas (El Último Deseo y La Espada del Destino), pero aquí han optado por publicarlas en un único volumen bajo el epígrafe de “La Saga de Geralt de Rivia”. O así es en la edición que a mí me ha llegado. No me parece una mala solución, por más que el tema de las sagas se haga un poco cansino. La estructura de ambas novelas es bastante “modular”, se trata casi siempre de cuentos cortos independientes entre los cuales el único nexo de unión son los propios protagonistas. Aunque cada obra cierra el paréntesis de todos los cuentos precedentes en el capítulo final, definitivamente no se puede decir que sean historias intrincadas; se podrían leer en un orden aleatorio con sólo un par de excepciones. En parte por esto, no creo que tenga mucho sentido esbozar el argumento, y la verdad no sé muy bien cómo resumirlo fielmente en una sola frase. Para muc

Con nocturnidad y alevosía

Si no hubiera noches, habría que inventarlas. De la manera que fuera. Con el método del señor Burns, por ejemplo. Pero la forma da igual. El caso es que a veces viene bien la oscuridad de fuera, aunque solo sea para que no se note la oscuridad de dentro. Creo que los chinos relacionarían esto con alguna filosofía de esas que tienen por allí, el ying y el yang, los opuestos, lo que sea. Los chinos siempre tienen filosofías raras. Claro que, ¿qué se puede esperar de una cultura que nunca logró descubrir el sofá? Tanto misterio oriental, tanto papel, tanta pólvora, tantas hostias, y al final ni un sofá, ni un triste colchón. ¿Qué clase de gente puede vivir así? Se les agotó la cabeza pariendo el idioma ese raro que tienen. Ese que se escribe con dibujitos. Claro, así quién va a pensar. A ninguno se le ocurrió tampoco inventar un tenedor. Comían con palos. Hay que ser un poco gañán. Los antropólogos vendrán a darnos alguna explicación ridícula deducida de unas vasijas rotas que encontraron

Suave dulce fresco

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Empieza despacio, subiendo poco a poco por tu pierna dormida, una canción triste de humedad y olvido. Reptando sibilante, saborea el aire a tu alrededor y huele la textura de tus sueños. Suave dulce fresco como las noches en verano, como la lluvia en un día cálido, como tu sangre en sus labios. Suave dulce fresco el roce de las escamas, la caricia de la muerte buscando el último estertor. Olvida tus sueños, despierta a las pesadillas, paladea el momento y afronta, si puedes, la mirada hipnótica de la que aprende el diablo. Sólo un instante, sólo un mordisco, sólo una vida.

Más vale agua fresca que pis caliente

Cuando la gente se me queja del calor, suelo responder que ahorren saliva, porque aún no hemos llegado a lo peor del verano. Otra respuesta recurrente es "podría ser peor: podría llover". Qué razón tengo siempre. Hoy el Martes 13 se empeñó en hacer honor a su fama, regalándonos un día lluvioso y caluroso al mismo tiempo. El cielo tiene ese gris desmoralizador propio de las tardes de invierno, que sin duda indujo al suicidio a más de uno a lo largo de la historia. El aire es pesado y tibio como corresponde a estos días de tormenta veraniega. Y mientras, esta lluvia perezosa, de gotas gordas y pegajosas, mezclándose con el sudor de la calle como pis caliente en el caldo. Y si te abrigas es peor, porque acabas por sudar más y la sensación de asquerosidad se acentúa. Si optas por la manga corta, te mojas como un gilipollas en esa agüilla sucia como de desagüe. Martes 13. A veces los augurios se cumplen, a veces la superstición se vuelve sabiduría.

El capitán salió a comer...

Tantas cosas que se pueden decir y todas tan aburridas. Sin fuego, sin riesgo, plano. Tenía razón Bukowski. Vengo de añadir a la lista de candidatos “El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco”, una especie de diario de su último año de vida. En realidad casi es un blog impreso. Se trata de entradas cortas, de apenas seis o siete páginas la más larga, con la fecha y hora en el encabezamiento, en las que Bukowski cuenta cosas. Sin pretensiones, sin artificios. Cuenta movidas que le pasan y que se le ocurren. Tal cual un blog. Si hubiera nacido ahora, probablemente tendría uno. Hace tiempo que pasó de moda esto de los blogs. Sin embargo, todavía estamos aquí un buen puñado de nosotros. Parece que todo el mundo tiene algo que decir, alguna indiscutible verdad que proclamar al mundo. El caso es que es divertido. Y lo más sorprendente de todo: es divertido leerlos. No hablo ya por mí, Dios me libre (aunque las 900 visitas del mes pasado sugieren que también; si es que no esta

En Vivo

Ha vuelto el calor, maldito sea. Claro que me quejo de vicio, siempre prefiero un poco más de calor que un poco más de frío. Es asqueroso, es asfixiante, estoy sudando todo el día y al final tengo la ropa pegada al cuerpo, pero qué cojones. Tener frío es peor. Y las chicas lucen muy bien. Siempre es un pequeño extra. Es junio, y es la primera vez en mi vida que junio no significa descanso o vacaciones a la vista. Creo que se me hará extraño, pero la verdad es que tampoco me apetece mucho irme de vacaciones. No hay nada que quiera hacer que no pueda hacer de todos modos, y si hubiera alguna cosa tampoco podría hacerla en vacaciones. Así que qué más da. Sé que tengo pendientes un par de historias sobre mi reciente estancia en Madrid, pero cada día que pasa me parecen menos interesantes. Una de las cosas con las que me quedo es el concierto al que nos llevó Rebeca. Era algo de jazz. Yo no pensaba ir en un principio, pero fue avanzando el día y de todos modos era temprano así que no tenía