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Mostrando entradas de 2009

Quien no llora...

Antes lo digo, antes pasa. Cuando la semana pasada escribí ese post quejándome de que no conseguía leer ninguna novela estimulante, no me podía imaginar que tan poco tiempo después estaría aquí hablando de ella. Se trata de "El Nombre del Viento", del debutante Patrick Rothfuss, y ha sido un estupendo regalo de cumpleaños. El hecho de que me haya devorado sus setecientasypico páginas en cuatro días dice mucho del interés que es capaz de generar. Yo nunca había oído nada del tal Rothfuss, cosa lógica tratándose de una primera novela, y la verdad es que ahora tampoco es que sepa gran cosa de él; quizá en los próximos días me dedique a investigar un poco. Pero es un tipo hábil, y me interesará ver por dónde va tirando. Pero hablemos un poco del libro.... El Nombre del Viento es una novela de fantasía. La verdad es que no se despega mucho del género y mantiene convencionalismos muy clásicos. Pese a tratarse de un autor americano, la ambientación tiene una especie de "sabor e

Teargarden by Kaleidyscope

Y ahora, qué?

A punto está de terminar el año, y la lista de candidatos a Lo Mejor de 2009 no es la más nutrida de la historia. Es algo triste, la verdad. Es verdad que en estos últimos dos años no leo tanto como antes, lo cual me molesta profundamente cada vez que pienso en ello. Pero en ese tiempo hay muchas otras cosas que tampoco hago tanto como antes. Escribir cosas aquí es un ejemplo evidente. Y es que esto de tener que trabajar quita mucho tiempo para todo. La vida debería ser otra cosa, pero vivimos en un mundo imperfecto. Sin embargo, el que haya pocos candidatos no implica que haya leído poco. En realidad, creo que en este 2009 he leído más que en 2008 y 2007, incluso bastante más. Cosa de la que me alegro mucho, porque el pasatiempo de leer es algo que tiene mucho de hábito, y como todos los hábitos y costumbres, se pierde si no se ejercita. Y perderlo sería terrible: me resulta muy difícil explicar hasta qué punto una buena lectura me provoca placer. Como pasa con tantas otras cosas

Política

Uno sabe que se está haciendo viejo cuando empiezan a interesarle cosas absurdas como la política. Toda mi vida pensé que podría escapar de lacras de este tipo. "Son otros los que pierden el tiempo con esas cosas", pensaba yo. Ah, qué vueltas da la vida. Siempre me pareció (y en el fondo me lo parece aún) que la política no es diferente del fútbol sin goles: uno elige su bando y lo defiende hasta el final, pase lo que pase, llueva o truene, se juegue bien o no, y discute animadamente de ello en tertulias de café vacías sin ver nunca ninguna consecuencia llamativa. Un 0-0 eterno, inmutable. Como nunca me interesó, tampoco me preocupé nunca de ir a votar. Recuerdo claramente la primera vez que voté; fue en aquella ocasión justo después del 11-M. Como veis, había logrado estar varios años sin acercarme a una urna, aun teniendo el derecho legal (y no falta quien asegura que la obligación cívica) de hacerlo. En aquella ocasión fue un voto de hastío provocado por una suma de cuesti

Hablando de Shadow Complex....

... una cosa curiosa es que dio origen a una novela. Normalmente estas cosas suelen ser al revés; un tipo escribe un libro de éxito y alguien se anima a hacer un videojuego con él. Con las películas también pasaba lo mismo, aunque desde hace unos años venimos viendo la tendencia contraria. Ahora por fin también ocurre con los libros. Ya sé que tampoco es nada nuevo, que algún pobre desafortunado habrá tenido que resignarse a escribir todas esas novelas de Starcraft, pero (creo que) con Shadow Complex es la primera vez que lo hace un autor reputado. Los productores del juego se pusieron en contacto con Orson Scott Card pa que les echara una mano con el marco argumental del juego y se ve que le cogió el gustillo y acabó escribiendo Imperio, novela publicada un par de años antes que el juego. Aficionado como es a las sagas interminables, el bueno de Orson ya ha anunciado una continuación, Imperio Oculto. Yo tenía noticia de todo esto mientras jugaba y el otro día, que me dio por pasar por

Juegos Históricos (del futuro): Shadow Complex

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Muchos cuestionarán lo adecuado de considerar histórico a un juego publicado hace cosa de un mes, y que además no presenta ningún elemento novedoso respecto a juegos de la década pasada. Yo mismo estuve dudándolo hasta el último momento. Y es que es verdad: uno casi puede decir "yo a esto ya he jugado". Shadow Complex viene a ser lo que en la frontera de los 80-90s se dio en llamar "videoaventura", un género que mezclaba arcade, plataformas y puzzles que tuvo representantes de cierto éxito (y cuyos nombres no consigo recordar, sé que había una versión de Batman y yo he jugado a alguna más pero los títulos se me han borrado de la cabeza). Tradicionalmente eran en 2d, pero eso era por las limitaciones del momento, como es lógico. Por ejemplo, yo considero que los primeros Tomb Raider son videoaventuras de toda la vida: hay malos a los que disparar, complejos sistemas de plataformas por los que trepar y saltar, y puzzles que resolver de diversas maneras para abrir c

Juegos Históricos (o no tanto)

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Hace unos meses me quejaba aquí de cómo la industria del videojuego vive de espaladas al pasado, renegando de su patrimonio cultural. Es algo así como si al cabo de tres o cuatro años los libros publicados se desintegraran o las películas no se pudieran volver a ver. Impide al medio alcanzar una madurez plena al privarlo de la herencia de las grandes obras que se han hecho, y que las nuevas generaciones no podrán probar. Sin embargo, de vez en cuando aparece un destello de esperanza para los que esperamos que algún día esta situación cambie. Hace pocos días hemos visto uno de los más brillantes en mucho tiempo, ya que Lucasarts, la en otro tiempo gran desarrolladora de videojuegos, ha decidido publicar un remake de una de las obras más importantes de la historia: The Secret Of Monkey Island. Para alguien como yo, que en su día no tuvo la oportunidad de jugarla (en 1990 tenía un Commodore 64 y las grandes obras del momento estaban fuera de mi alcance), se trata de un aconte

Juegos Históricos: World Cup Italia 90

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¿Qué es lo que hace que un juego sea divertido? Esta pregunta, que debe de rondar por la cabeza de muchos desarrolladores de videojuegos, no siempre tiene una respuesta fácil. Definir por qué un juego nos gusta a veces se convierte en un misterio incluso para nosotros mismos. Es lo que a mí me pasa con este Italia 90, juego de megadrive que podemos llamar mítico y del que, la verdad, es sorprendentemente fácil encontrar información en internet. Me acordé hoy del I90 porque de repente y sin previo aviso, la musiquilla empezó a resonarme en la cabeza. Alguien que haya jugado me comprenderá perfectamente. La musiquilla caribeña que salía de vez en cuando en los partidos se ha quedado grabada para siempre en mi mente y jamás la podré olvidar, así viva 100 años. Era repetitiva y machacona, como todas las del juego, y supongo que también irritante y enloquecedora en cierto modo. Recuerdo estar tararéandola como un mantra mientras aporreba los botones. Aporreamiento que, unido a lo afilado d

El Código Millenium

En su momento ya evité mancillar mis ojos con el invento de Dan Brown. Jamás me produjo curiosidad, sino más bien una sana rechifla. Cuando los vendemotos concentraron todas sus fuerzas en la película, la imagen de Tom Hanks corriendo como si fuera a perder el bus me transmitió tal sensación de aburrimiento que me sorprendí de que trataran de hacer pasar por trepidante algo tan chorras. Cuando una peli ya parece tan mala en el trailer es que la cosa es para tener cuidado. Supongo que alguien podría criticarme por tachar de basura un libro que no he leído y una peli que no he visto. Gilipolleces: Estoy actuando como un crítico profesional. Tiempo después, volvemos a tener entre nosotros una reencarnación (sería más adecuado decir reencuadernación?) del mismo caso, esta vez directamente en forma de trilogía. Millenium parece seguir el mismo camino que la Movida DaVinci. Un buen día jamás has oído hablar de Stieg Larsson, y al día siguiente pareces tonto por estar perdiéndote las obras li

Aquí Mismo

Que el dinero no da la felicidad lo hemos oído decir ya un par de veces. Siempre pensé que es cierto, aunque definitivamente tampoco me parece un obstáculo. Eso de la felicidad es una movida diferente para cada uno, asi que imagino que sí puede haber alguien por ahí para el que la felicidad sea tener mucho dinero. Puede ser, ¿no? Hay mucha gente en el mundo. Lo cierto es que en mi trabajo he llegado a conocer a gente que tiene mucho dinero. Y es verdad que no parecen más felices que cualquiera. De verdad que tener 1.000€ o 100.000€ en la cuenta no supone, en principio, mucha diferencia. Claro que “mucho” es algo relativo, quizá es que tienes que tener uno o varios millones para que te cambie la cara. Supongo que lo descubriré con el tiempo; esos tipos hablan directamente con mi jefe por ahora. Aunque por lo que he visto de ellos, tampoco parecen en paz con el universo ni nada por el estilo. Miro a mi alrededor y creo que hay una sensación generalizada de que la cosa tiene

Bersión Original

Desde siempre he sido un defensor del doblaje. Toda la vida viendo cine y series dobladas tiene que contribuir a esto, pero siempre he pensado que un doblaje bien hecho permite disfrutar más de lo que sea que estés viendo. Y siempre he pensado que en España, y especialmente en Galicia, tenemos una estupenda industria del doblaje, si es que se la puede llamar así. Un buen doblaje puede incluso mejorar al original. Me viene a la mente, por ejemplo, cualquier peli de Bruce Willis, que mola mucho más en castellano que en inglés. Supongo que se debe a que Ramón Langa es mejor actor que Bruce Willis, así de sencillo. Y ver Dragon Ball en gallego era como un millón de veces más divertido que verlo en castellano. Mejores actores, mejor entonación, mejor selección de las voces. Muchos dirán que es el efecto nostalgia, pero me parece evidente que no es así. En Shin Chan, por ejemplo, se nota esa diferencia una vez más y ahí no puede haber asomo de nostalgia por parte de nadie. Yo he visto a un

Yo, Yo, y Sólo Yo

Había escrito un maravilloso post de análisis introspectivo sobre mi propia personalidad, pero acogiéndome a mi ya declarada (y por todos conocida) naturaleza reservada, voy a suprimirlo; con la seguridad de que a nadie le ha dado tiempo a leerlo. A mí ya me ha resultado muy útil y en el fondo, no creo que resultara interesante para nadie más. No sé por qué la gente va al psicólogo, habiendo blogs. Como compensación por este pequeño coñazo, intentaré que el próximo post sea divertido.

Y el Ganador es... Enric González, por Historias del Calcio

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Así es, amigos: a pesar de tratarse de un libro que no encaja en el perfil tradicional del ganador por tratarse de una recopilación de artículos periodísticos, lo cierto es que Enric es justo vencedor. No sólo por ser una muestra de que todavía se puede hacer buen periodismo, lo que ya de por sí sería bastante logro y más aún teniendo en cuenta que se trata de artículos deportivos (la prensa deportiva sólo es superada por la del corazón en el nivel de inmundicia que inunda sus páginas). Pero no, Historas del Calcio va más allá de ser una mera crónica o recopilación de anécdotas futbolísticas, sino que se parece más a una colección de relatos cortos, contados todos ellos con un estilo exquisito y consiguiendo reflejar el maravilloso potencial del fútbol como generador de historias. No quiero repetirme porque ya hablé de este libro en su momento, pero estoy contento de que haya sido el ganador y no dejo de recomendarlo, incluso a aquellos no directamente interesados en el deporte rey. Pa