Otra vez aquí

Supongo que esto de los viernes noche se convertirá en una cita habitual. Al menos hasta que se terminen las clases de inglés y pueda volver a irme por ahí de tranqui sabiendo que a la mañana siguiente dormiré como un señor.
Podría volver a repetir todo lo de la última vez. Poca cosa ha cambiado. Bueno, la montaña de libros ha dado un buen bajón, a pesar de todo. Podéis ver ahí a la derecha que he inaugurado un nuevo espacio en la barra lateral: los candidatos al prestigioso premio Lo Mejor Que He Leído en su edición 2005. Juego de Tronos, a pesar de sus 700 y pico páginas ha hecho una entrada fulgurante, tanto por calidad como por rapidez: lo he leído en apenas 4 días. Es genial ver que no está todo dicho, que todavía puede venir alguien a hacerte cambiar de opinión, a reconciliarte con todo un género. No es que Juego de Tronos sea original. Es puro folletín, ni más ni menos. Toda esa movida existe desde hace siglos, Dumas ya lo hizo todo (o casi todo) en ese campo, y lo hizo bien. No, lo digo porque casi todos los libros de fantasía que han caído en mis manos han sido pura bazofia. Aparte de Tolkien, que sí logró hacer cosas magníficas (la mayor de las cuales no es El Señor de los Anillos, en mi opinión), todo lo demás son clichés baratos flotando en algo pegajoso y repugnante. Desde lo nauseabundo de las Crónicas de la Dragonlance a la aburrida mediocridad de las Crónicas de Belgarath (por cierto: ¿por qué leches tienen que ser todo crónicas o trilogías o mierdas similares?), lo mejor que puedo decir de las mejores novelas fantásticas que he leído es que no están mal para ser fantasía. Como el primer libro de la serie de Elric de Melniboné, por ejemplo. Los demás ya caían en la repetición y el aburrimiento. Y mira que son muchos.
Pero no, Juego de Tronos está por encima de todo eso. Es una gran novela por derecho propio, y el que transcurra en un mundo imaginario lleno de cosas raras es totalmente casual. No está escrito pensando en el género, si entendéis lo que quiero decir. El autor no parece estar pensando en vender luego los derechos para hacer un juego de rol (como parecía ocurrir en las Crónicas de Belgarath) ni está directamente adaptando uno (como ocurre en las de la Dragonlance). Es una novela magnífica, folletín del bueno, donde un personaje se llama Eddard en vez de Artagnan y las cosas ocurren en "Los Siete Reinos" en vez de en Francia. Casi se podría argumentar que no es realmente una novela de fantasía, pero eso nos llevaría a preguntarnos qué es la fantasía y paso de rayarme ahora mismo. No obstante, no quiero dejar de comentar algo que me ha llamado la atención, y es que a George R.R. Martin, el autor, lo podríamos clasificar en primer lugar como "escritor de ciencia-ficción" antes que como "escritor de fantasía". Casi da la sensación de que ha venido a enseñarles a los Weis y Hickmans de la vida cómo se hacen bien las cosas. Además, y no sé si será cosa mía, le he encontrado al libro muchos paralelismos con Dune, otra excelente novela folletinesca, pero en clave de ciencia ficción y con un mayor contenido ideológico (o al menos, eso aparenta). Me pregunto hasta qué punto es simple casualidad.
Y ya está bien de charla por hoy. Me voy a dormir, que mañana madrugo. Buen fin de semana!

Comentarios

Miguel Porto ha dicho que…
Vaya, me alegra ver que dos de las cosas que están en tu lista te las pasé yo. Y una de ellas (Juego de Tronos) te la recomendé bastante...

Y espera a leer Choque de Reyes, y este mes dos nuevas entregas de la saga...

Completamente de acuerdo con tu análisis del libro, a pesar de que YA exista el juego de rol, e incluso serie de cómics de Canción de Hielo y Fuego (bastante mala por cierto).

Por otro lado entiendo que cuando dices "fantasía", te refieres a fantasía épica... porque fantasía así en general engloba muchas cosas, y muchas muy buenas, desde los cuentos folkloricos tradicionales hasta algunos relatos de Kafka...

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